¡Ya estamos de regreso!

        Ufffff....!!!, ya estamos de vuelta en casa, luego de un viaje relámpago a Santiago, en avión, para aprovechar de ver a la familia más directa y encontrarse con personas especiales, muy especiales.

       Poco a poco, luego de reorganizar las cosas del viaje, me iré poniendo al día con sus blogs.

       Les haré un breve resumen para no aburrirlas. El Viernes 14, lo terminé a altas horas de la noche realizando las maletas de mi familia para viajar a la Capital (a 2000 km de distancia), para al día siguiente, comenzarlo muy temprano, pues la Monita debía rendir examen de admisión, en el Segundo Colegio que nos gusta para ella. La experiencia fue totalmente distinta a la primera y mucho mejor. En primer lugar, citaron a ambos padres, para darnos a conocer los propósitos y el proyecto educativo del Colegio, mientras los niños se divirtieron mucho jugando con otros niños y las tías, más diversos materiales lúdicos.

         La Monita quedó feliz con la experiencia y nosotros bastante conformes ya que vimos un "datashow" expositivo, sobre las actividades que se realizan con los niños desde la idea del "aprender jugando", lo que siempre quise para mi hija, ya que era la manera en que yo trabajaba en mi Jardín Infantil en Santiago. Además, vimos los diversos talleres en lo que podrá participar, dentro de los cuales está el ballet.

          Bueno, un poco más tarde, nos fuimos al aeropuerto y nos embarcamos rumbo a Santiago.

           Llegamos luego de dos horas de vuelo y nos fuimos a la ciudad de Viña del Mar, ya que para comenzar el fin de semana, teníamos el cumpleaños de la hermana del padrino de la Monita. Lo pasamos muy bien reencontrándonos con varias amistades, comiendo y bebiendo rico, por lo que nos acostamos muy tarde.

          Al día siguiente pasamos todo el día con mis suegros (que también viven en Viña) y la Monita estaba feliz, jugando y corriendo en el patio, ayudándole al abuelo a regar las plantas y más tarde jugando a la pelota con hijitos de un primo del papá. ¡¡¡Lo pasó genial!!!.

         Esa noche el padrino nos llevó a Santiago, a su casa y dormimos un  poco más temprano, pero ya agotados.

         Al día siguiente, mi esposo trabajaría en la cede central de su empresa en la capital  (al igual que el día martes), por lo que la Monita y yo teníamos "chipe libre"   jejejejeje.

         Y por supuesto aprovechamos de ver a nuestras amistades que dejamos medias pendientes, en nuestro viaje de Julio.

          Primero nos fuimos a vitrinear por Ñuñoa, nuestra amada comuna y compramos un par de cositas lindas...

          Luego, fuimos a mi Jardín infantil, en donde trabajé muchos años, antes de emigrar... y me reencontré con mi Jefa y mis compañeras de trabajo que nos abrazaron con su cariño. Estaban muy sorprendidas por lo grande que está la Monita y lo conversadora y simpática...

         De nuevo la Monita jugó "al por mayor" con los niños del Jardín, en los juegos y luego en el pozo de arena, quedando entera como "croqueta" jejejejee...

         Y cual no sería mi sorpresa de reencontrarme con una de mis mejores amigas de la juventud, antes de casarme, que había regresado al jardín Infantil, ya no como Educadora (pues fuimos colegas y  muy amigas en el Jardín), sino como mamá de tres niñas hermosas de 4, 3 y 1 año... Nos vimos y era como haber detenido el tiempo, estaba igual, pero casada y con tres niñitas.                

        Por supuesto, el tiempo se nos hizo corto para conversar y ponernos al día y nos invitó a la Monita y a mi, a ir a su casa en la tarde. Pues bien, yo tenía un gran encuentro planificado. Me juntaría en la Plaza Ñuñoa, con Tamara, mamá Bloguer@ del "Carrusel de Sofía" (y aunque quise e invité también a Pamela de 100% mamá, ésta no pudo ir al encuentro).              

        Almorzamos con la Monita en un restorán en donde eramos clientes frecuentes con el papá de la Monita, desde tiempos pasados (haciendo muchos recuerdos en mi mente...) y luego nos juntamos con Tami y Sofía.

        Fue super lindo conocer en vivo y en directo a otra mamá bloguer, con la que uno comienza a desarrollar una amistad y un cariño muy lindo a través de la pantalla y luego verla frente a frente y abrazarse es muy significativo y bello.  Es como conocerla desde lo más profundo, sin nisiquiera habernos visto...

                      ¡¡¡Que ganitas de conocerlas a todas!!!      

        La monita disfrutó primero jugando en los juegos, mientras Tamara y yo, conversamos a más no poder, junto a la preciosa Sofía. Luego, nos fuimos a tomar un delicioso helado y la Monita se entretuvo dándole con una cucharita a Sofía, quien abría su boquita muy contenta con sus dientes de ratoncita.

       Luego vino el minuto de la despedida, quedándonos con una ¡más que grata sensación!. ¡Ojalá más adelante volvamos a reunirnos!.

      Más tarde nos juntamos nuevamente con mi amiga de juventud y llevamos a sus niñas y a la mía, a otro parque de juegos. La Monita estaba feliz, cubierta de arena de pie a cabeza, jugando sin parar (no se como tiene tanta pila  jajajaja). Luego nos fuimos a su casa, para seguir "copuchando" y mi esposo nos pasó a buscar para irnos ahora, al cumpleaños del Padrino.

       Si, ¡¡¡otro cumpleaños!!!. Lo pasamos muy bien, claro está de luego de darnos unas duchas, ya que estábamos muy empolvadas  jajajajaja.       

       Nuevamente a trasnochar... y pasar un buen rato con amigos...

       El último día fue más tranquilo (por suerte... jajajaja). Nos costó despertar con la Monita, y a mi me dolían mucho los pies, creo que de tanto traquetear...

        Partimos a casa de mi mamá y viajamos en bus y metro y la Monita estaba alucinada... Para variar, había revueltas de manifestantes en las calles (común en éstos días, en Chile, por temas estudiantiles), así es que nos fuimos directo, para evitar exponernos innecesariamente. 

        Almorzamos en familia y la Monita disfrutó y regaloneó de lo lindo.       

         Yo ya estaba muerta, se me cerraban los ojos de cansancio y sueño atrasado. Mostramos fotos de Iquique y mi mamá estaba muy contenta. 

         El papá llegó en la tarde y compartió un rato antes de partir con todo y equipaje al aeropuerto, para emprender el regreso a casa.

        ¡El viaje en avión fue terrible!. Nunca habíamos vivido tanta turbulencia..., nos movíamos demasiado y fue justo cuando nos dieron la cena y hasta el hambre se nos quitó. Por suerte la Monita se había dormido y ni cuenta se dio... Como nunca, no fui capaz de dormir en el avión..., en verdad venía nerviosa y solo quería aterrizar pronto.

         Gracias a Dios, llegamos bien y al abrir la puerta de casita, nos sentimos muy contentos y dijimos: "hogar, dulce hogar".

       ¡Creo que ya nos acostumbramos a nuestro nuevo hogar y ciudad!...