Resulta, que durante las primeras 34 semanas de mi embarazo, me sentí fantástico, mi nena, venía bien y teníamos programada una cesárea, debido a que ella nacería muy grande y mis caderas son muy estrechas.
Bueno, durante ésa semana comencé a sentir síntomas muy raros... muchas nauceas y vómitos, cuando nunca los tuve, nisiquiera al principio y mucho dolor de cabeza. Fuimos con mi marido al médico (me acompañó cada mes a cada uno de los controles y ecografías) y éste, me mandó a hacerme exámenes urgentes, principalmente sobre las enzimas hepáticas y el conteo de plaquetas. Al día siguiente al de los exámenes, llegamos con mi marido a la consulta con los resultados.
El médico al verlos, palideció. Salió de su consulta y habló con otro colega ginecólogo.
Al regresar nos dijo a sangre fría: "miren, lo que te está pasando pueden ser tres posibilidades; o se te está declarando una hepatitis fulminante o un Higado graso o un Síndrome del embarazo, en donde el hígado deja de funcionar llamado HELPP..., pero sea cual fuera la causa, su bebé debe nacer hoy, es decir a más tardar dentro de 24 horas, para que ambas no corran peligro de muerte".
Con mi esposo nos miramos y yo no le alcancé a tomar la relevancia que tenían sus palabras...
Nos dijo, que como era un parto de "alto riesgo", no podría atenderlo y nos envió al Hospital Clinico de la Universidad Católica de Chile, en donde nos dijo, sería el lugar indicado para atender mi patología.
Para resumir un poco la historia, al llegar, ya nos esperaban. Me inyectaron corticoides para acelerar el desarrollo de los pulmones de mi bebé y comenzaron a hacerme más exámenes. Nos dijeron que inducirían el parto, y como era de noche, enviaron a mi marido a casa, pues, supuestamente la bebé nacería en 8 horas. Pero resulta que, a la hora siguiente de haber ingresado, llegaron nuevos exámenes, con peores resultados. Entonces, llamaron a mi esposo y le dijeron que regresara, pues nuestro bebé debía nacer, ahora, ¡ya!.
Teníamos un séquito de doctores, que caminaban alrededor de nosotros y cada vez nos daban peores noticias.
Doctora 1: "en éste minuto la vida útil de tu hígado es de 8 horas, por lo que mañana, pasarás ha encabezar la lista de transplantes de hígado...".
Doctor 2: "como tu higado no funciona bien y éste se preocupa de tu coagulación, tendrémos que hacerte un parto natural y sin anestesia...".
En ese minuto, mi cuerpo temblaba entero. Mi esposo trataba de inmovilizar mis manos, pero no dejaba de temblar. Finalmente, los latidos del corazón de mi bebé comenzaron a decrecer... y ahí, los médicos actuaron rápido...
Le pidieron a mi esposo que se fuese a cambiar de ropa, para entrar al parto y a mi me llevaron a pabellón.
Lo último que recuerdo fue que el médico anestesista me dijo: "ahora te vamos a dormir", y luego de pinchar mi vena, no supe absolutamente nada, hasta tres días después, que recuperé la conciencia.
La otra parte de la historia, luego me la contó mi esposo.
Me dijo que esperaba sentado afuera, ya vestido, cuando escuchó a un bebé llorar, entonces le pidieron entrar y le dijieron: "ya nació su bebé" (y pucha que tenía buenos pulmones).
Pudo observar como la limpiaban y hacían los exámenes de rigor y como luego, se la llevaban a su incubadora.
Mientras tanto, de mí no sabía nada.
Finalmente me prácticaron una cesárea de emergencia y todo dependía de los futuros exámenes, para saber si mi hígado volvería a funcionar.
Me dieron mucha sangre, pero sobreviví! y bién, al paso de los tres día que estuve en la UTI, mi hígado volvió a funcionar y supimos que había sufrido del Síndrome HELLP.
Bueno, ¿pero que es?, me preguntaba yo después.
Luego me explicaron, que es una enfermedad que afecta a 1 mujer de entre 1000 (me saqué el premiado!) y que consiste en que el hígado deja de funcionar, subiendo sus enzimas, descomponiendo los glóbulos rojos y bajando el conteo de plaquetas. El problema es que aún no han encontrado una causa.
También puede presentarse en el 10 a 20 % de las mujeres embarazadas que sufren Preclamsia (presión arterial alta en el embarazo) o eclamsia severa.
Los síntomas, fueron justo los que padecí y si no hubiera asistido al médico en ese momento, la historia sería otra.
Los problemas con el hígado y otras complicaciones del Sindrome HELLP, pueden empeorar muy rápido y ser muy dañinos, tanto para la madre, como para el bebé. El tratamiento, es solo dar a luz al bebé, lo más pronto posible, aunque éste sea prematuro.
Lo más triste, es que la posibilidad de retornar en futuros embarazos es de 1 en cada 4...
Bueno, amigas, en verdad quise contarles nuestra historia, porque se que lo a mí acontecido, es bastante extraño y desconocido.
No lo hago con el afán de alarmar a las futuras mamás, si no solo para que conozcan mi realidad vivida.
Lo lindo es que al cuarto día, conocí a mi bebé, que gracias a Dios, nació sanita y con un excelente peso, para ser tan prematura y que solo estuvo cuatro días en la incubadora y esa es otra historia... Lo más maravilloso de mi vida, junto a mi esposo... (que pucha que se las sufrió).
¡Ah!, y al darme de alta al 6to día del parto, me autorizaron a darle leche materna, por lo que le di pecho, hasta los 8 meses y medio!.
Yo también estoy a favor de la lactancia Materna!!!