Un sentimiento de amargura y tristeza terribles invaden mi alma, tengo el corazón recogido...
Cuando tenía 18 años, tuve la hermosa oportunidad de visitar junto a una amiga, la bella Isla Robinson Crusoe, ubicada en el archipiélago Juan Fernández, al frente de las costas chilenas. Mi amiga tenía un tío directo, que estaba a cargo de la construcción del muelle Nuevo (para esa época), de la Isla y vivía en una cabaña en la Bahía Cumberland. Este tío tenía acceso por su contrato, a 2 pasajes mensuales, para viajar o recibir visitas del continente en avioneta (ida y regreso), única manera de llegar a la isla y que si se pagaba de manera particular era extremadamente caro. Pues bien, su esposa ya estaba aburrida de viajar a verlo y para que no se perdieran los pasajes, invitó a su sobrina y ella, me invitó a mi.
Eran mis primeras vacaciones de Invierno (de mi 1er año de Universidad), en un mes de Julio... y mi amiga, nos plantea a mi madre y a mi, la posibilidad de viajar... Mi mamá no tuvo ningún problema en darme "permiso" jejejeje (era bien polla en ese entonces) y así fue que partimos.
El vuelo duraba apróximadamente 2 horas y media, sobre el océano Pacífico. Mi primera impresión al ver la avioneta, para 6 personas, en el antiguo aeródromo CERRILLOS, era que parecía un auto con alas...
Por dentro era mucho más pequeña y se veía sumamente frágil, sin embargo a los 18 años, uno solo tiene ganas de conocer el mundo, no ve peligros y mira la vida como una aventura...
Al estar llegando a la isla, la avioneta dió un giro, para de repente empezar a bajar y encontrarnos de frente a una pista minúscula de tierra color arcilla. El aterrizaje no tuvo problemas. Luego, bajamos caminando por un sendero, junto a los demás pasajeros, hasta llegar a un muelle artesanal y muy pequeño, en donde nos esperaba una lancha que nos llevaría bordeando toda la Isla, hasta el poblado.
Fue una experiencia maravillosa. El agua era color turquesa y se observaban delfines y lobos marinos saltando alrededor de la lancha. La figura de la isla era majestuosa, con acantilados cortados a pique y piedras de diversos colores, como de apariencia volcánica. Finalmente llegamos al poblado y era más maravilloso aún.
Parecía un submundo, o un mundo sacado de las películas... ¡Precioso!.
Pequeñas casitas tipo cabañas, frente a la bahía, mucha vegetación verde y frondosa, cuevas, de la época de los patriotas, marcas de ataques de la segunda guerra Mundial en las rocosas paredes, muchos picaflores volando, flores de todos los colores y una vista espectacular al mar y sus Botes pesqueros.
Por su puesto, comimos unas deliciosas langostas y nos dedicamos durante una semana a caminar y conocer la isla. Vimos a muchos extranjeros y conocimos el pueblo mismo, su pequeño comercio y la tranquilidad de no tener más que un canal de TV, para mirar. De regreso, en una avioneta como para veinte personas, el viaje tampoco tuvo problemas y llegué renovada, sintiendo que había estado en algo muy cercano al PARAISO.
El año pasado ésta bella Isla sufrió el Tsunami, producto del Terremoto del 27 de Febrero, de 8,8 grados Richter, producido en el continente.
Ellos, los Isleños, no sintieron este atemorizante y alarmante movimiento de tierra... Tampoco podían preveer que se les venía un Maremoto...
Solo a una jovencita, la alcanzaron a llamar por teléfono, en la madrugada de aquel fatídico viernes y pudo dar la alarma, para que pudieran salvaguardarse.
Sin embargo, muchos Isleños no escucharon ésta alarma y perecieron, junto a todo lo construido en el pueblo y su preciosa vegetación.
El maremoto, se llevó muchas vidas preciosas de gente especialmente sacrificada y también se llevó lo poco que tenían, pero que los hacía tan felices..., quedaron literalmente sin NADA.
A los tres días del terremoto, nos encontrabamos viviendo con mi esposo y mi Monita, en la zona misma del desastre y no teníamos comunicación alguna, desconociendo por completo la magnitud de lo acontecido y lo del maremoto. Al enterarnos lloré inmensamente...
Hace dos días ésta Isla, ha sufrido nuevamente otra tragedia.
Un avión de la Fach (Fuerza Aérea de Chile), que iba con 21 personas MARAVILLOSAS, que habían viajado con anterioridad a ayudarlos a reconstruir todo lo perdido; escuelas, casas, limpieza de escombros que devolvió el mar, etc., se encontraban en un nuevo viaje, para ver cuanto había progresado la reconstrucción y venían con más ayuda. Dentro de éste hermoso grupo de personas solidarias, viajaban un equipo del programa más visto en nuestro país, llamado "El matinal de Chile", que lleva 20 años al aire y es exitosísimo. Su conductor, Felipe Camiroaga, es una persona increíble muy humana, amante de la naturaleza y que mantenía estrecha relación con dicha Isla desde la niñez. Ese día viernes, partieron FELICES a reencontarse con esa gente, tan aislada y tan necesitada de ayuda y amigos.
Pues, no pudieron llegar, ya que las condiciones climáticas a la hora del aterrizaje superaban las capacidades humanas de maniobrabilidad de un avión de esas características e intentando en dos oportunidades aterrizar, sin lograrlo debido al viento y la lluvia, finalmente desaparecieron.
Me enteré por fb, ya que mi amiga 100% mamá, comentó que no podía creer lo de un accidente... Pues, enciendo la TV y escucho las fatídicas y subrealistas noticias. Quedé como TODO CHILE, en estado de SHOCK. Solo esa misma mañana, había visto el programa y había escuchado al propio conductor, que explicaba que estaba muy feliz por que visitaría SU Isla, con el grupo comandado por Felipe Cubillos, de la fundación privada "DESAFÍO, LEVANTEMOS CHILE", para terminar con muchos proyectos que tenían con los isleños...
Pues bien, tal realidad no se concretó. El avión sucumbió en las aguas y durante un día completo, todo Chile lloró por la incertidumbre de encontrar a alguno de éstos ángeles, con vida. Mi esposo y yo lloramos a mares... (y no me averguenza decirlo). Y el sentimiento de pérdida, era como el de haber perdido a un familiar...
TODOS iban con una tarea tan hermosa y ejemplar... y no llegaron a destino, sin embargo DIOS, los esperaba en otro Paraíso...
Hay personas demasiado especiales, que dejan de pensar en si mismas, por pensar en los demás. Son un ejemplo a seguir y uno se siente tan simple y egoísta... preocupada de puras cosas superficiales...
Es demasiado triste, pero a la vez me ha dejado una terrible enseñanza. La vida no está comprada, ni asegurada... Debo brindarle felicidad diaria a mi familia y vivir en paz y alegría, disfrutando de las bellezas de la vida, sin enojos tontos, ni tribulaciones poco consistentes. La muerte, puede llegar en el momento menos pensado y que dificil es irse, sin despedirse..., dejando cosas a medias y con sentimientos feos en el alma... Ojalá pueda ser una mejor persona y sonreir más...(desafío personal).
Por otra parte, la gente que necesitaba ayuda, los Isleños, se volcaron a buscar sobrevivientes de la tragedia, devolviendo la mano a sus benefactores... (la vida da vueltas totalmente impredecibles...).
Cuando uno es joven, no siente miedo, no tiene mayores responsabilidades y toda la vida la enfrenta con curiosidad. Yo conocí ese aeródromo y yo conocí esa Isla. Si bien es cierto, no conocí personalmente a ninguna de las víctimas, imaginé la terrible situación vivida por ellos al intentar aterrizar... y quedé debastada ... (al igual que TODOS en nuestro país).
Solo me queda rendir un homenaje a esas maravillosas personas que emprendieron un vuelo muy especial y que los llevó más allá...
Ruego a Dios, les de fuerza y consuelo, a las familias de esas 21 hermosas personas...
Ruego a Dios, que sean econtradas en el tormentoso mar del archipiélago de Juán Fernández y devueltas a sus familias, agobiadas por tanto sufrimiento...
Ruego a Dios, que esas 21 personas fueran esperadas con honores en el Paraiso y descansen en PAZ por siempre, ya que han dejado huellas imborrables en nuestros corazones o por lo menos en el mío...