No hay marcha atrás...

Si..., la decisión está tomada...

Este fin de semana mi esposo sufrió el desencanto que le faltaba, para darse real cuenta de que ya no hay marcha atrás, con respecto a regresar a Santiago. Su trabajo en la ciudad en la que vivimos, ya no tiene ningún tipo de futuro, ni ningún sentido y ya superó todas las posibilidades humanas de aceptación y es que trabajar con un jefe que no comprende ningún tipo de razón y que no tiene ningún tipo de ética, lo ha colapsado, por lo que ha entregado su RENUNCIA.

Y bueno, todo lo que sigue está bastante claro (lo veía venir y no me pilla descolocada, es que me comencé ha hacer la idea hace tiempo..., ustedes saben). Tiene dos opciones de trabajo en la capital, gracias a Dios, pero que aún no son nada seguro..., pero yo tengo mucha fe, de que todo irá bien, ya que lo han buscado y son en el área de su especialidad. Estas opciones, las verá justo antes de nuestro viaje y bueno, ya con las ideas más claras, me he puesto a llamar por teléfono para buscar colegio para la Monita y me he metido a internet, para comenzar a buscar depto...

Todo va sobre ruedas..., aunque igual será un periodo de bastantes interrogantes. Pero, bueno ahora veo las cosas con mayor altura de miras y si tenemos que apretarnos el cinturón, lo aceptaré sin temores, apechugando por mi familia, por nuestro futuro, por el bienestar de los tres. 

Esta semana, me pondré en campaña de hacer los trámites de la futura mudanza, que será a nuestra llegada y bueno, me podré a armar cajas nuevamente jejeje...

Y así nos pilla la vida, por éstos lados...

Esta tarde hemos salido a caminar en familia, a modo de despedida..., para disfrutar de las vistas y luego tomar once en un bello lugar y es que ya estamos tan cerca de dejar todo... y seguir con nuestras vidas en otro lugar. Le hemos explicado todo a la Monita y lo ha tomado bastante bien, especialmente porque estaremos más cerca de  todos los nuestros. Me impresiona su madurez...

Les dejo algunas fotitos..., de nuestra bella ciudad..., que nos despide con un mar hermoso y un sol radiante... Si no se puede, no se puede y no hay más. 

La capital nos espera con todas sus virtudes y un futuro, con nuestros amigos y nuestra familia...

Monita y su papá...

 

Las enormes olas de Playa Brava...

 

Una preciosa vista de Iquique, con su mar y sus secos cerros...