¡Mi marido es nuestro héroe!

        Anoche nos ocurrió algo fuera de lo común y que alteró grandemente nuestra rutina... (creo que se hizo presente, nuevamente nuestro ingrato MERPHY).

       Resulta, que mi esposo tenía una cena con el personal de su empresa y se preparaba para asistir, dándose una ducha. Yo no encontré mejor instancia (pero creo que fue bien mala...), para calentar en una olla, cera para depilación en casa y me fui al living a ver televisión... Sin percatarme mayormente, se me ocurre acercarme a la cocina, para ver como andaba la cosa y me encuentro con  la fatal sorpresa de que la olla ¡se incendiaba...!.

       ¡Ufff, no supe que hacer!. La llama de fuego, llegaba hasta la campana extractora de aire, sobre la cocina y el humo negro inundaba todo el cielo.    

       Entré en pánico. Sabía que si le tiraba agua, la cera se inflamaría aún más y se haría un real incendio. Entonces, sabía que debía cubrirlo con una tela, pero no me atreví, entonces que corrí al baño y le indiqué a mi esposo lo que estaba pasando...

        Mi marido salió desnudo de la ducha y raudo llegó a la cocina, para socorrerme... Le recordé que no le podía echar agua y el agarró un cubrecama que estaba para el lavado y lo tiró sobre la olla, que se cayó al suelo y seguía inflamada, hasta que se apagó... ¡Yo gritaba de la desesperación, porque no quería que él se quemara!.

       Mientras tanto, la Monita que se encontraba en su dormitorio, se dio cuenta de lo que pasaba y comenzó a llorar diciendo, "¡llamen a los bomberos, llamen a los bomberos!". Por suerte, no vio las llamas y solo vio el humo negro, que en un rato, inundó toda la casa.

       ¡Ufff!, luego de lo pasado, nos abrazamos los tres largamente. Sentí mucha seguridad con mi marido "héroe" jejejeje. La Monita tiritaba de susto y me dijo, en su inocencia...: "mamá, se habrían quemado todos mis juguetes...". Mamá: "si, hija, pero eso no es lo más importante...". Monita: "si, mamá yo no quería que les pasara nada a ustedes...".

        Estuvimos al borde de sufrir un incendio y pasar por algo terrible..., algo inimaginado...   

       Gracias a Dios, no pasó a mayores, salvo que tuve que limpiar de cera quemada toda la cocina y del humo negro, varios muebles...

        Le prometí a mi esposo no volver a calentar cera en casa y la olla se fue directo a la basura.

      Uno no se imagina que éstos accidentes caseros le puedan pasar a uno, pero me siento muy agradecida de que estuviera mi esposo en casa, sino, hubiese tenido que actuar sola, para proteger a mi hija, y no se cual habría sido el final...

        Menos mal que no terminamos éste año, con una desgracia...

       Lo bueno, ya comenzamos con los preparativos para fin de año y los de las vacaciones.      ¡Un gran abrazo para todas!