La conexión con la naturaleza...

         Por éstos lados remotos de Santiago, ya ha llegado el otoño y las calles están plagadas de hojas de árboles doradas, hay más viento y el calor extremo ya no es tal, comenzando ha correr una brisa más helada por las mañanas y noches. 

        Aunque la Monita opina que en nuestra ciudad de Iquique, las estaciones del año, no son marcadas ya que hay muy poca vegetación y permanentemente es verano, siento  que al regresar debemos estar mucho más conectados con la naturaleza.

        Cuando comenzamos a averiguar lo que a mi esposo en un principio le estaba afectando, los médicos nos dijeron que tenía estrés (lo que fue un diagnóstico errado). Al averiguar en Internet, como atacarlo, me di cuenta de lo importante que era tener un equilibrio físico y mental, estar en permanente goce con la naturaleza y emplear directamente nuestros sentidos.

        Cuantas veces vivimos el día a día sin observar..., ni escuchar..., ni oler..., ni palpar... Transitamos por la vida, locos por la rutina, la casa, los niños, el esposo, el colegio, el trabajo, etc..., y no nos damos cuenta de lo que está sucediendo a fuera de nuestras ventanas. No nos interesa saber si hay una brisa, si las plantas u animales, están con poca agua o están rebozantes de vida... Tampoco nos damos el tiempo de respirar profundo y tomarnos un tiempo de relajo, un tiempo de meditación, un tiempo de aproximación con nosotros mismos y lo que nos pasa...

        Creo que todo esto debe cambiar en mi vida y la de mi familia. Si bien es cierto, tengo muchas manías, sin las cuales creo que nunca podría vivir, como la de ser fanática de la limpieza y el orden; todo ésto me quita un tiempo precioso para disfrutar de lo importante..., bajar a caminar un rato por la playa, sentarme sobre la arena a leer un buen libro, acariciar la arena con las palmas de las manos y respirar hondo, junto a mis amores...

       Creo que regresaré intentando poner en práctica algunas de las lecciones aprendidas, con ésta gran prueba.   

       El tiempo corre rápidamente y no quiero sentir que envejecí, sin haber disfrutado de la vida.

      Suelo amargarme por cosas demasiado triviales, vivo estresada por mis múltiples aprehensiones y complicada en el día a día. ¡NO MAS!, quiero ser mucho más relajada y aplicarlo a mi Monita y esposo, pero podré lograrlo???.

      La naturaleza es mágica y quiero valorarla como ella se merece y así mejorar nuestro estilo de vida. Quiero recuperar mi alegría por la fotografía y el arte, reencontrarme con mi parte creativa.