De cuando supe ¡que estaba embarazada y lo deseaba tanto...!

           Pues, tendré que hacer un esfuerzo por recoradar, ya que mi hija ya cumplió 5 años.

           Resulta, que estuve en tratamiento para quedar embarazada durante dos años (ya llevábamos 4 años de matrimonio) y al término del último (sin método anticonceptivo y realizando seguimientos foliculares, muy tediosos... por cierto, pero no pasaba, nada de nada...), mi ginecólogo me derivó a un especialista en fertilidad. En la primera consulta, me mandó a realizar exámenes bien determinados. Al llevarle los resultados, en la segunda, nos explicó a mi marido y a mí, lo que me pasaba.

          Yo tenía "Resistencia a la Insulina". Esto significaba, que al degradar el azúcar, mi cuerpo producía el doble de insulina y la que quedaba restante, provocaba que no ovulara, es decir después de 6 años de tomar pastillas anticonceptivas, no habría ovulado ni aunque hubiese querido...

          La solución, era eliminar el azúcar al máximo de mi sangre, para no producir ésta Insulina doble y así poder ovular.

          Las cosas de la vida, ¿no?...

          Bueno, ya era demasiada la ansiedad que teníamos con mi marido, por tener un bebé, por lo que seguí todas las indicaciones del médico.                

          Comencé a tomar un medicamento llamado glafornil (metfornina), para controlar el azúcar, realicé una dieta con nutricionista, sin carbohidratos, muchas ensaladas y proteínas (250 grs), comer cada cuatro horas, con frutas y yogurts diet, etc..., más ejercicios físicos.

         Resulta que al cabo de un mes, había bajado 4 kilos y al siguiente, otros 4 más, por lo que el DIA MAGICO, que supimos que esperabamos a nuestro bebé, pesaba exactamente 44 kilos. Ahora, si que estaba ¡super flaca!.

           El día antes de saber la noticia, me sentí algo extraña, de echo no pude terminar mi rutina de ejercicios diarios... Al salir de mi trabajo, me fui directo a la farmacia a comprar un test de embarazo. En la madrugada, estaba anciosa, no pude esperar a realizarme el exámen con la orina de la mañana y me lo hice, así.... ¡en la mitad de la noche!.

           No podía creer ¡lo que veían mis ojos!, el test, ¡marcaba positivo!.            

             Luego de tanta espera..., de una angustiante espera. Por fin había llegado el día tan anhelado.

           Pues, con una alegría desbordante, desperté ami esposo a las 4 de la mañana y le mostré el test. Me miró incrédulo y como es muy racional, esbozó una sonrisa, pero luego agregó: "tienes que pedir hora al ginecólogo..., ¡para que te haga un exámen de sangre!".

          Pués que me han dicho, aquel viernes a primera hora, me hice el exámen, con carácter de URGENTE, en el laboratorio y a las 19:00 horas, de ese mismo día partimos, para saber el resultado.

           Mi esposo abrió el sobre, pues, yo temblaba...de puros nervios.

           Y, ¡sí, el resultado era positivo!.

           Nos abrazamos y ambos lloramos un poco (mi esposo es muy sensible y eso me encanta).

           Luego, nos fuimos a cenar por ahí..., ¡para celebrar!.

           Fue un día de extrema felicidad, luego el lunes, me harían mi primera ecografía... ¡Pero eso lo contaré en otra entrada!